domingo, 20 de enero de 2013

Ni siquiera.

Tengo millones de preguntas y pocas respuestas.
La incertidumbre me golpea y me hace retroceder.
Las dudas no acaban en nada,
no hay conclusiones brillantes
ni siquiera, conclusiones.
Mi arritmia adolescente no vale ya de compás en ningún rock and roll,
ni siquiera, 
en alguna canción de cantautor.
Mis vértigos tampoco sirven para llevarte volando
a otra realidad que no conoces,
ni siquiera, puedo escapar de esta.
Solo me hacen marear y caer
cuando el universo es el antónimo del
equilibrio
-es decir, casi siempre-.
Tengo alzheimer de momentos,
mi parkinson no perdona,
mis temblores llegan cuando el miedo invade cada uno de mis huesos
-estos que se rompen cuando me creo valiente
y huyo a mil latidos por acorde-.
Me duele el pulmón,
mi asma se ha vuelto crónica,
me falta oxígeno
y respirar así se antoja muy difícil.

Eso sí,
todo va bien.