domingo, 20 de octubre de 2013

El precio justo.

Voy a patentar tu forma de estrellarte contra mi invierno.
Invertiré en abolir las estaciones
y me quedaré a vivir en tus vientos constantes,
no como quien habita una ciudad sin sobresaltos
y llena de conformismo,
sino como quien ha encontrado la selva adiestrada
que llevaba toda una vida buscando en el desierto más salvaje.
Cansada de pagar de más,
negociaré contigo el precio justo.
Me arriesgo a endeudarme,
a quedarme en
números rojos,
en soledades inertes.
Eliminar la competencia se antoja difícil
tratándose del manjar más suculento.

Suprimes los aranceles
que me limitan a vagar entre las fronteras
de una parcela vacía.
Contigo todo son beneficios no tangibles
que me llenan las manos de ganas
y de reyertas.




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